El agua beneficiará al engorde del fruto, que aumentará su calidad.
El campo malagueño respira con alivio tras la últimas precipitaciones. El agua no sólo ha aumentado en casi 30 hectómetros cúbicos la capacidad de los embalses la última semana, sino que ha llegado a las explotaciones agrarias como lluvia de mayo. El olivar y los cítricos del Valle del Guadalhorce van a ser los principales beneficiados.
La mayoría de las asociaciones coinciden en que el fruto de ambos cultivos va a engordar, aumentado su calidad y su competitividad en el mercado. El secretario de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Málaga, Juan Antonio García Villalba, añade que el agua caída «mejorará la situación de los acuíferos, ayudará a empapar la tierra, mejorará la producción de subtropicales en la Axarquía y de la vegetación montanera, pasto de bellota», básica para la alimentación del ibérico. No obstante, García Villalba advierte de que se precisa que llueva, de forma moderada, todo lo que queda de otoño y el invierno, ya que cultivos como los cítricos sufren desde hace años estrés hídrico. «El suelo tiene que tener agua para poder soportar seis o siete meses, que es lo que dura ya el verano en la provincia de Málaga», recuerda el representante de COAG.
La falta de agua en el Valle del Guadalhorce durante cuatro años seguidos ha acarreado la inclusión de la comarca en el Decreto Sequía, vigente; más la pérdida de producción en cerca de cien millones de kilos de cítricos anuales y que muchos agricultores abandonen la actividad.
Por otra parte, el secretario de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Málaga, José Gámez, insiste en que pese al incremento de las precipitaciones, la Cuenca Mediterránea debe llevar a cabo las obras previstas para mejorar la situación hídrica de la provincia, ya que Málaga es deficitaria en materia de agua.
Fuente: www.adn.es