Asaja Málaga recibe un 50% más de solicitudes y ofrecerá este año 60 cursos para 1.400 personas.
El desplome de actividad en el sector de la construcción, que en un año ha pasado de 15.000 a 37.000 parados en la provincia de Málaga, ha disparado la demanda de cursos de formación para trabajar en el sector de la agricultura. La asociación agraria Asaja apuntó ayer que las solicitudes en sus oficinas de la provincia se han incrementado un 50% precisamente en el año en que este colectivo ha redoblado esfuerzos en esta materia.
Así, Asaja espera cerrar el año con 60 cursos en los que se dará formación a 1.400 trabajadores. En 2008 se impartieron 37 cursos y jornadas que reunieron a más de 960 alumnos. Los cursos más solicitados en el sector agrícola son los de aplicación de fitosanitarios -desde 2007 es obligatorio tener el carné de especialista para poder manipular estos productos- y las acciones relacionadas con el acercamiento de nuevas tecnologías, como la gestión informatizada de explotaciones agrícolas. De hecho, en los tres últimos años Asaja ha formado a más de 200 agricultores en esta última materia.
Otro de los sectores que está cobrando un mayor protagonismo es el agroturismo, donde el agricultor y ganadero da la posibilidad a los visitantes de ver cómo es el día a día de una explotación, al tiempo que comparte techo, comida y costumbres con los turistas.
Sin embargo, Asaja lamenta que las ayudas destinadas a curso de formación son todavía insuficientes y en muchos casos no permiten cubrir la demanda existente. «Hasta la fecha, la mayoría de las subvenciones exigen demasiados requisitos al alumnado, de hecho hay muchos desempleados que no pueden acceder a según que tipo de formación», explica la asociación malagueña, que también constata un aumento del número de monitores dispuestos a impartirlos. Algunos de los cursos que imparte Asaja tienen lugar en las aulas de su sede, mientras que otros se explican directamente a pie de campo.
Asaja recuerda que actividades formativas como los cursos de poda de olivar, manejo de suelo y riego «ayudan a los agricultores a optimizar los escasos recursos hídricos además de concienciarlos en la práctica de una agricultura sostenible, más rentable y respetuosa con el medio ambiente. También se realizan demostraciones en campo de maquinaria destinadas a labores como siembra, tratamiento o recolección de cultivos y su correcto uso.
Fuente: www.laopiniondemalaga.es