La agricultura teme por su futuro tras cuatro años de escasez

El Guadalhorce espera un nuevo riego de emergencia para mantener unos cultivos muy perjudicados por la falta de lluvias y las exigencias del decreto de sequía.

En el Valle del Guadalhorce, la situación sigue siendo desesperante un año más, y ya van cuatro, para la agricultura, motor económico de muchas familias. Los productores agrícolas esperan ahora un nuevo riego de emergencia para que sus frutos obtengan la calidad adecuada y puedan venderse a un precio que recompense el duro trabajo realizado. Pero ese riego todavía tardará en llegar.

La autorización de esta medida depende del comité de seguimiento del decreto de sequía, que no se podrá reunir hasta que la Junta de Andalucía nombre a su nuevo gabinete y se conozca quien llevará a partir de ahora la Consejería de Medio Ambiente, tras la salida de Fuensanta Coves.

Mientras tanto, los agricultores tendrán que seguir mirando al cielo a la espera de unas lluvias que se hacen de rogar y confiando en que las obras en los obsoletos sistemas de regadío lleguen a buen término. Ya se está acometiendo la sustitución de las antiguas acequias por una moderna red de distribución, que permitirá aprovechar también el 30% del agua que actualmente se pierde -entre el 40 y el 60% del caudal-, unos resultados que no se verán hasta el próximo año, cuando finalicen los trabajos.

«Con tres riegos de emergencia se pueden mantener los cultivos, pero lo malo es la acumulación de falta de agua que ya soportan las producciones», explica el director de la Oficina Comarcal Agraria del Guadalhorce, Miguel García.

Municipios como Alhaurín el Grande y Coín se han podido recuperar con las últimas lluvias. La peor parte se la llevan los pueblos de la vega de Pizarra, Álora, Cártama y también parte de Alhaurín el Grande, porque dependen de los pantanos. «La falta de agua también está afectando a la ganadería, pero intentaremos solucionarlo como el año pasado, acercando el agua a las explotaciones», relata Miguel García.

Soportando las duras exigencias del decreto de sequía, los agricultores han puesto mucha ilusión en los proyectos de renovación de las redes, que permitirá que el riego se realice por goteo. Con este ahorro de agua mejorará la situación de 2.500 hectáreas de superficie del Valle del Guadalhorce, sobre todo en el sector cítrico, que es el más afectado. «La huerta también está perjudicada por la falta de agua, aunque en menor medida. No tiene tantos problemas porque tampoco necesita tanta agua», aclara el director de la Oficina Agraria.
Con un mercado que vende a altos precios al consumidor pero que paga mal al agricultor, el Valle del Guadalhorce ve como el producto final pierde en cantidad y calidad por la escasez de suministro. Por ello, muchos agricultores no ven recompensado su trabajo en el campo y en algunas fincas se puede ver cómo se dejan caer los frutos del árbol, sin cosecharlos, ya que los precios no son competitivos.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es

Autor entrada: Redaccion

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