La crisis no frena el ritmo de los albañiles en el concurso de El Palustre

Cuadrillas de toda España compiten en una de las ediciones más difíciles del clásico certamen. A la complejidad del reto, se le suma el poco tiempo disponible.

A las ocho y cuarto de la mañana ya se podían escuchar las paletadas. Casi despuntando el sol arrancaba ayer el concurso de albañilería de la ´Peña El Palustre´, que ya ha cumplido los cuarenta y dos años pero que sigue en plena forma. Ni en tiempos de crisis y parón en el sector de la construcción se frena este clásico. Ayer 35 cuadrillas de toda España compitieron para completar el reto que en esta ocasión les habían propuesto; un cubo inclinado con únicamente dos caras apoyado sobre una peana cuadrangular. Los autores de la obra han sido los de casi todos los años: los hermanos Demófilo y Manuel Peláez, que han logrado poner en un verdadero aprieto a más de un participante con su nueva criatura arquitectónica. De hecho, antes de la mitad de la mañana ya habían abandonado varias cuadrillas. El que el reto de este año era especialmente complicado estaba en boca de todos. Francisco Ortega, arquitecto y presidente del jurado, admitía que requería de una gran habilidad y destreza, mientras que muchos participantes añadían que, además, el tiempo lo tenían muy justito. «A la dificultad del proyecto hay que unirle las pocas horas de las que disponemos para ejecutarlo», señaló Jorge López, que había venido desde Benalmádena para participar, mientras que otros concursantes como Cristóbal Enrique, de Coín, afirmaban que «tiene que ser difícil: a eso venimos, a superar dificultades».

Los nervios y el trabajo cesaron a la una menos cuarto de la tarde, cuando todas las paletadas se detuvieron y el jurado del concurso comenzó a deliberar. Durante la espera, las tensiones se aliviaron con los aperitivos, las cervezas y los tintos. Una hora y media más tarde volvió el ajetreo: ya estaban los resultados.

Los afortunados de este año fueron los hermanos Lucio y Raúl Jiménez, de Cáceres, que se llevaron los 6.000 euros del primer premio. «El dinero vamos a utilizarlo en la empresa de construcción familiar», aseguraron. Los otros cuatro galardones principales fueron para dos cuadrillas de Gerona, una de Sevilla y otra de Madrid. Se cerró con ellos otro año de arte, inventiva y pasión.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es

Autor entrada: Redaccion

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