Un curso de reciclaje reclutará a más de 50 médicos inactivos

La convocatoria de las clases ha resultado un éxito, ya que en un mes se han matriculado 25 profesionales. El programa está dirigido a titulados que trabajan para grupos farmacéuticos y que quieren incorporarse a centros de salud. El Colegio espera inscribir a casi 100 alumnos.

Más de 50 médicos inactivos que trabajan principalmente para la industria farmacéutica se incorporarán a medio plazo a los centros de salud, gracias al curso de reciclaje que el [url=http://www.commalaga.com/]Colegio de Málaga[/url] ha organizado para el próximo año. El órgano colegial confía en inscribir a casi cien profesionales, para que puedan reengancharse al sistema y paliar, en parte, la falta de facultativos en la provincia. La convocatoria de estos cursos ha resultado un éxito en el primer mes, periodo en el que se han matriculado 25 personas, la mayoría titulados en Medicina General en la década de los 80. El anunció se publicó en noviembre en la web del Colegio de Médicos y en los próximos días se distribuirán folletos y carteles informativos en los centros de salud, hospitales y clínicas de la provincia. «Nos ha sorprendido la acogida del curso, los profesionales han respondido. Esperamos que se matriculen entre 50 y 100 personas. Quizá nos acerquemos al centenar», asegura José Antonio Ortega, oncólogo médico, vocal del ejercicio libre y director del programa.

El curso, que cuenta con la acreditación de SEA-FORMEC, habilita al médico que no pudo ejercer o que lo hizo durante poco tiempo para poder trabajar en centros de salud o en puntos de urgencias de primaria. Las clases, con contenido teórico y práctico, supone un repaso de la medicina general, las distintas especialidades, y los procesos asistenciales, además de abordar cuestiones de actualidad como las patologías en la población inmigrante o del enfermo crónico.

El plazo de la matrícula concluye el 9 de enero, ya que las plazas son limitadas y no superarán el centenar. El curso se compone de 66 horas lectivas y el temario compuesto por 49 temas se impartirá los martes de 17.00 a 20.00 horas en la sede del colegio. «Este programa formativo nace por la falta de profesionales médicos. Aborda los diferentes niveles asistenciales y los distintos algoritmos diagnósticos y terapéuticos de las patologías más frecuentes en atención primaria», explica Ortega.

Unos 50 profesionales de centros públicos y privados integran el profesorado del curso, el primero promovido por una organización colegial en España. Esta iniciativa ya se ha llevado a cabo en Navarra, pero en este caso promocionada por el Gobierno autonómico. Pero el Colegio de Médicos de Málaga confía en que la Consejería de Salud se interese en el proyecto y colabore en las próximas convocatorias.

Las clases van orientadas a profesionales que obtuvieron el título de Medicina General antes de que entrara en vigor el decreto de 1995, que modificó la formación. No obstante, al curso pueden asistir licenciados que no acabaron la especialidad y que podrían retomar el MIR. Entre la bolsa de facultativos que no ejercen figuran sobre todo visitadores médicos, cuidadores de dependientes y personal farmacéutico. En la década de los 80 y a principios de los años 90 existían un elevada tasa de desempleo entre el colectivo, lo que obligó a una gran proporción a aparcar la profesión y a dedicarse a la industria auxiliar, como la farmacia. Ahora la situación es bien distinta y la falta de médicos se extiende en todo el territorio español. Pero en Andalucía esta carencia es más acentuada. Se trata de la quinta comunidad con menor índice de facultativos colegiados, en concreto 399 por cada 100.000 habitantes. Sólo la superan las regiones de Castilla La Mancha, Murcia y Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Los alumnos del curso realizarán prácticas en las urgencias de hospitales públicos y privados de la provincia y estarán tutelados por médicos. El coordinador del programa de urgencias, el doctor Andrés Buforn, asegura que esta iniciativa prepara al profesional en la labor asistencial y es una forma de adaptar su actividad a la demanda. «Los formamos para que presten una labor asistencial excelente», indica. En el módulo de urgencias se imparten materias como la asistencia al politraumatizado, la valoración radiológica, el curso de soporte vital básico o el desfibrilador externo.

«Ponerse la bata otra vez da miedo, aunque la eches en falta»

Francisca Agüera, de 48 años, nunca dejó la bata blanca, a pesar de que tuvo que aparcar la profesión durante un tiempo, unos siete años. En su conciencia estaba muy presente la idea de que algún día volvería a pasar consulta. Y así ha ocurrido, después de casi una década volcada en su negocio textil de Coín, ha logrado pisar otra vez un centro de salud. «Al principio da miedo ponerse la bata, tienes inseguridad y te angustia pensar que puedas meter la pata, pero nunca olvidas la profesión, porque la echas en falta», asegura. Ella es una de los 25 primeros alumnos inscritos en el curso de reciclaje del Colegio de Médicos. Y también es una de tantos profesionales licenciados a principios de los 80, que soportaron duras condiciones laborales y que, desengañados, optaron por otras alternativas de trabajo. «Antes no había centros de salud en el Guadalhorce, sólo consultorios. Durante varios años ocupé varios puestos temporales, pero el trabajo siempre era intermitente. Me trasladé a Valencia, donde las cosas estaban aún peor», expone. Francisca regresó a Málaga, donde durante una década trabajó como médico de familia con contratos eventuales. Hasta que en 2000 montó su empresa de confecciones y aparcó la profesión. «Me frustré por las condiciones. La situación que vivimos los de mi generación fue mala y te cansas de esas condiciones. Yo llegué a tener un contrato de tres horas», exclama. Francisco recuerda cómo su marido la acompañaba durante las noches de guardia sola en centros de salud de la Estación de Cártama o Pizarra. «Eso reiteradamente te quema y como tenía otro medio de vida, pues cambié de trabajo», sostiene. Pero la situación actual es bien distinta. A la falta de médicos se suma la fuga de profesionales a otros países en busca de mejoras laborales. En las zonas rurales el déficit de sanitarios es patente. Por eso, Francisca no quiere desaprovechar la oportunidad de reengancharse al sistema sanitario y se ha apuntado al curso. Pero ha tenido suerte, porque desde el lunes comienza a pasar consulta en centros de Monda y Guaro. Desde 2007 ha cubierto algunos puestos en primaria y ahora confía en lograr una plaza y retomar definitivamente la profesión. Considera que las clases servirán para repescar a antiguos compañeros que no pudieron ejercer. Durante los años dedicada a su negocio, recuerda cómo procuraba escuchar a sus clientes, entender sus problemas, como lo hacía en las consultas.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es

Autor entrada: Redaccion

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